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El Hombre que Pudo Reinar (1975)

Adaptación de Kipling sobre ambición y amistad en paisajes exóticos. ¿Qué la hace única?

En el último tercio del siglo XIX, cuando el Imperio Británico se extendía sobre buena parte del mundo conocido, dos aventureros británicos, Daniel Dravot (Sean Connery) y Peachy Carnehan (Michael Caine), sobreviven como buscavidas en la India colonial. Hartos de la corrupción, el tedio y el control militar británico, deciden ejecutar un plan osado y temerario: viajar a Kafiristán —una región remota y casi legendaria al noreste de Afganistán— para convertirse en reyes mediante el uso de su astucia militar y tecnológica, aprovechando la ignorancia y el atraso de las tribus locales.


Su travesía es ardua. Deben atravesar desiertos inclementes, montañas heladas y territorios salvajes infestados de bandidos y guerreros hostiles. Logran su objetivo inicial gracias a su conocimiento militar: organizan a los habitantes, los entrenan en tácticas modernas y vencen a los jefes de guerra rivales, estableciendo un frágil orden bajo su liderazgo. La intervención de Billy Fish (Saeed Jaffrey), un soldado gurkha que actúa como intérprete y mediador cultural, resulta clave en este proceso de conquista y asimilación.


Pero un giro inesperado cambia el curso de su destino: durante una escaramuza, una flecha impacta en Dravot, pero rebota al chocar con la armadura oculta bajo su ropa. Los nativos lo interpretan como una señal divina, convencidos de que Dravot es el descendiente directo de Alejandro Magno, enviado nuevamente a gobernar su antiguo reino. De inmediato, lo elevan al rango de dios-rey.


A partir de ese momento, Dravot empieza a creer en su propia divinidad, embriagado de poder absoluto. Peachy, aunque comparte las riquezas y el respeto de los lugareños, conserva una mirada pragmática y cada vez más escéptica. Cuando Dravot decide tomar por esposa a la joven Roxanne, desatando el pánico de la muchacha ante la idea de acostarse con un dios, todo se derrumba. Durante la ceremonia nupcial, Roxanne, aterrorizada, lo muerde en la mejilla, haciéndolo sangrar frente a todos. La ilusión de su divinidad se desvanece en ese instante.

Los sacerdotes y el pueblo, sintiéndose traicionados, reaccionan violentamente. Dravot es ejecutado al ser arrojado desde un puente colgante, en una de las secuencias más memorables de la película. Peachy es capturado, torturado cruelmente y finalmente liberado como advertencia viviente de lo sucedido. Años después, Peachy narra esta increíble historia al propio Rudyard Kipling (Christopher Plummer), quien actúa como testigo del relato y cronista final de la tragedia.


Actuaciones


La fuerza de El hombre que pudo reinar radica en gran medida en la magistral interpretación de sus protagonistas. Sean Connery, en uno de los mejores papeles de su carrera, construye un Daniel Dravot profundamente humano, capaz de oscilar entre la ambición desmesurada, la euforia mesiánica y el trágico despertar final ante su mortalidad. Michael Caine ofrece un equilibrio perfecto como Peachy Carnehan: su actuación mezcla ironía, lealtad y desencanto, dando al espectador una brújula emocional que guía el relato.


La química entre ambos es innegable, producto también de su amistad fuera de la pantalla. Saeed Jaffrey, como Billy Fish, añade una capa de humanidad al conflicto cultural, funcionando como el puente que permite la comunicación y, al mismo tiempo, subraya las tensiones entre colonizadores y nativos. La breve pero simbólica participación de Christopher Plummer como Kipling enmarca la historia con un aire de leyenda oral.

Contexto histórico


Rudyard Kipling, autor del relato original, fue uno de los principales cronistas del imperialismo británico. La obra, publicada en 1888, sintetiza el espíritu de la expansión colonial, con sus sueños de dominio y las peligrosas ilusiones de superioridad racial y cultural.


John Huston, fascinado durante décadas por este relato, intentó filmarlo desde los años 50. Primero pensó en realizarla con sus actores fetiche: Humphrey Bogart y Clark Gable. Las dificultades logísticas y la muerte de ambos retrasaron el proyecto por más de 20 años. En los 70, el contexto histórico había cambiado profundamente: el Imperio Británico se había desmoronado, y Huston pudo finalmente abordar la historia desde una mirada crítica, reflexiva y profundamente humana.


La película, rodada principalmente en Marruecos, captura los paisajes áridos y majestuosos que evocan la vastedad de las tierras afganas. Más allá de la aventura, Huston entrega una lección amarga sobre el precio de la arrogancia, el peso del mito imperial y el choque irreversible de las civilizaciones.

Influencia


El hombre que pudo reinar ha inspirado durante décadas a cineastas y narradores que han explorado los temas de la ambición desmedida, la identidad colonial y la desmitificación de los héroes. Steven Spielberg ha citado la película como referencia en el tono épico de Indiana Jones. George Lucas también reconoció su influencia en la construcción de aventuras clásicas con tintes de tragedia.


Además, la cinta funciona como un espejo del imperialismo moderno, cuestionando la manipulación cultural y la ceguera de quienes buscan imponer su visión de civilización en tierras ajenas. La figura del "extranjero que llega como dios" ha sido revisitada en múltiples historias posteriores, desde el cine hasta la literatura contemporánea.


Secuencias legendarias


  • La travesía hacia Kafiristán: montañas nevadas, rutas casi imposibles y la determinación de dos hombres que desafían lo inexplorado.

  • El primer enfrentamiento militar: donde la organización táctica de Dravot y Peachy les otorga la victoria, imponiendo respeto inmediato entre los guerreros tribales.

  • La coronación de Dravot: envuelto en símbolos místicos, aceptado como descendiente de Alejandro Magno mientras los sacerdotes lo reverencian.

  • La mordida de Roxanne: el instante exacto en que la sangre delata su condición humana y desata la furia del pueblo.

  • El sacrificio final en el puente: Dravot canta el himno masónico mientras es arrojado al vacío en una de las escenas más icónicas y sobrecogedoras de Huston.


Datos curiosos


  • John Huston mantuvo el proyecto vivo durante 25 años antes de lograr filmarlo.

  • Sean Connery insistió en hacer personalmente las peligrosas escenas sobre el puente.

  • La película fue rodada casi en su totalidad en Marruecos, debido a la inestabilidad política en Afganistán.

  • Michael Caine actúa junto a su esposa en la vida real, Shakira Caine, quien interpreta a Roxanne.

  • En varias entrevistas, tanto Caine como Connery consideraron esta película como una de las mejores de sus carreras.


Premios


  • Premios Oscar (1976): nominada a Mejor Guion Adaptado (John Huston, Gladys Hill).

  • Premios BAFTA: nominada a Mejor Fotografía (Oswald Morris) y Mejor Diseño de Producción (Alexander Golitzen).

  • Reconocimientos posteriores: considerada un clásico fundamental del cine de aventuras y de la filmografía de John Huston.


Conclusión


El hombre que pudo reinar es mucho más que un relato de aventuras exóticas. Es una profunda reflexión sobre la hybris, la soberbia de quienes creen dominar mundos ajenos sin comprender sus complejidades. John Huston, apoyado en la poderosa dupla Connery-Caine, transforma el relato de Kipling en una tragedia shakespeariana disfrazada de epopeya imperial. A medio camino entre el mito y la historia, la película sigue deslumbrando por su vigencia, su belleza visual y la amargura de su desenlace.


"Hay que tener mucha suerte para salir vivo de un cuento así."

— Peachy Carnehan.




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