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Nosferatu (Alemania, 1922)

Actualizado: 22 may

En la ciudad ficticia de Wisborg, Alemania, el joven agente inmobiliario Thomas Hutter (Gustav von Wangenheim) es enviado a los remotos Cárpatos para negociar con el enigmático Conde Orlok (Max Schreck). Lo que comienza como un simple trato de propiedades se transforma en una pesadilla cuando Hutter descubre la verdadera naturaleza de su anfitrión: un ser no muerto que se alimenta de sangre humana. La película sigue el viaje del vampiro hacia Alemania, donde su llegada coincide con una misteriosa plaga, y el desesperado intento de la pura Ellen (Greta Schröder), esposa de Hutter, por detener la masacre. Esta adaptación no autorizada de Drácula sobrevivió a intentos de destrucción para convertirse en piedra angular del cine de terror.


Nosferatu estableció los códigos visuales del vampiro en el cine décadas antes que Bela Lugosi o Christopher Lee. Max Schreck creó un monstruo radicalmente diferente al aristocrático Drácula de la literatura: su Orlok es una criatura ratonil, con orejas puntiagudas, uñas largas como garras y una calva pronunciada que lo asemejan más a una plaga ambulante que a un seductor. Este diseño, obra del director F. W. Murnau y el maquillador Alfred Baum, influiría en todas las encarnaciones posteriores del mito vampírico.


La película lleva las técnicas del expresionismo a nuevos extremos. Las sombras no son meras ausencias de luz, sino entidades con vida propia que avanzan independientemente de sus dueños. Los paisajes de los Cárpatos, filmados en Eslovaquia, adquieren cualidades oníricas gracias a ángulos de cámara imposibles y filtros de color (en las versiones tintadas originales). La arquitectura gótica se distorsiona para reflejar la psicología de los personajes, técnica que Tim Burton usaría décadas después.

Murnau entendió que lo que no se muestra es más terrorífico que lo explícito. La película opera mediante sugerencias: no vemos mordiscos, sino sombras de garras; no vemos al vampiro matar, sino sus consecuencias. Este enfoque sería retomado por directores como Val Lewton en los 40s y Robert Wise en "The Haunting". La secuencia del barco fantasma, donde solo vemos ratas reales y cadáveres, sigue siendo estudiada en escuelas de cine como ejemplo de economía narrativa.


Filmada en la Alemania de Weimar, la película refleja los traumas de la posguerra. La peste que trae Orlok evoca la gripe española de 1918, mientras que el vampiro como "extranjero que trae muerte" habla de xenofobia y miedo al otro. Críticos modernos ven en Nosferatu una alegoría del antisemitismo emergente, lectura reforzada por la apariencia del conde y su asociación con ratas.


RECEPCIÓN Y LEGADO


El escándalo del plagio, la producción de Prana Film nunca obtuvo los derechos de Drácula. Tras el estreno, Florence Stoker, viuda de Bram Stoker, demandó a la productora. En 1925, un tribunal ordenó destruir todas las copias, pero varias habían sido distribuidas internacionalmente, lo cual conservó la cinta hasta nuestros días.

Esta batalla legal estableció precedentes sobre derechos de autor en el cine además, llevó a la quiebra a Prana Film.


En los años 50, copias preservadas en Estados Unidos y Francia permitieron su redescubrimiento. La crítica francesa, especialmente en Cahiers du Cinéma, la reivindicó como obra maestra. Su influencia creció exponencialmente cuando en 1962 se incluyó en el Festival de Cine Expresionista de Berlín, en 1979 Werner Herzog filmó su remake con Klaus Kinski, en el año 2000 "Shadow of the Vampire" imaginó un falso documental sobre su rodaje.


Reconocimientos modernos.

En 1997 la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos la declaró "culturalmente significativa". Para el año 2002 ingresó al Memory of the World Register de la UNESCO, en 2022 se restauro en 4K con la partitura original reconstruida.


ESCENAS INOLVIDABLES


La llegada a los Cárpatos, Murnau usa el paisaje como personaje: montañas distorsionadas por lentes especiales, caminos que parecen cerrarse detrás del carruaje. El intertítulo "Cuando llegó a los puertos de los Cárpatos, ya sabía..." establece el tono de fatalismo. La posada donde los lugareños se persignan al oír "Orlok" muestra el poder del montaje sugerente.

La primera aparición de Orlok, filmada desde abajo para aumentar su estatura, la aparición escalonada del vampiro (primero sombra, luego manos, finalmente rostro) crea una de las entradas más memorables del cine de terror. Schreck parpadea solo 3 veces en toda la escena, aumentando su cualidad no humana.


El banquete de sangre, Murnau subvierte la iconografía cristiana: Orlok corta el pan como sacerdote en misa, pero es su propia sangre lo que ofrece. El plano detalle del dedo cortado usa un efecto práctico con tubos ocultos que aún impresiona.


El viaje del Empusa, la secuencia del barco fantasma fue filmada con 200 ratas reales traídas de un laboratorio, marineros aficionados como extras y maquetas a escala en tanques de agua. El resultado es una pieza maestra de terror ambiental donde la amenaza nunca se muestra directamente.

El sacrificio final, Ellen espera al vampiro en su lecho nupcial, cruzando los brazos como Cristo en la cruz. La luz del amanecer fue creada con reflectores de arco voltaico, tecnología innovadora para la época. La desintegración de Orlok usa tres técnicas superpuestas: filmación inversa, sobrexposición y tintado manual.


DATOS CURIOSOS


¿Era Max Schreck realmente un vampiro? El misterio rodeó al actor desde el estreno. Durante el rodaje solo filmaba de noche y vivía aislado además, se negaba a comer con el elenco. Su nombre ("terror máximo") parecía demasiado perfecto. Esto inspiró la teoría conspirativa que Herzog llevó al extremo en Shadow of the Vampire (2000), donde se sugiere que Murnau contrató a un vampiro real. La verdad era más prosaica: Schreck era un metódico actor teatral del Berliner Ensemble que usaba el método Stanislavski.


El truco de la cámara lenta imposible, para la escena donde Orlok carga su ataúd, Murnau necesitaba un movimiento sobrenatural. Como las cámaras de 1922 no tenían velocidad variable, inventó una solución, construyeron un decorado inclinado 45 grados, Schreck caminaba normalmente, pero la inclinación creaba ilusión de levitación. La cámara filmaba en ángulo invertido para "enderezar" la imagen. Este efecto fue copiado en The Exorcist (1973) para la levitación de Regan.

El rodaje estuvo plagado de incidentes extraños, el estudio Prana Film quebró inmediatamente después, varios miembros del equipo murieron jóvenes, la única copia original alemana desapareció en un incendio en 1925. Esto alimentó la leyenda de "la película maldita", aumentando su aura mítica.


Detalles ocultos en el diseño de producción, el director de arte Albin Grau (ocultista practicante) incluyó simbolismos esotéricos, las puertas del castillo tienen grabados alquímicos, las sombras forman pentagramas invertidos, el libro de vampiros que lee Hutter es un grimorio real del siglo XVII.


En algunas copias originales, la última escena mostraba la tumba de Orlok convertida en atracción turística y un cartel que decía "100 años después", Hutter como guía mostrando el sitio. Esta versión fue destruida por orden judicial y solo sobrevive en bocetos.


OBRAS INFLUENCIADAS


Drácula (1931) de Browning tomó el plano del ataúd en el barco.

Psycho (1960) heredó su uso de sombras expresivas.

The Shining (1980) copió el travelling por el pasillo del castillo.

Bram Stoker's Dracula (1992) recreó el diseño de Orlok para el Drácula anciano.

Castlevania: Symphony of the Night (1997) tiene un jefe llamado "Shreck".


¿POR QUÉ VERLA HOY?


Como documento histórico, Nosferatu encapsula el trauma alemán post-Primera Guerra: El vampiro representa la muerte masiva de las trincheras, la peste simboliza la gripe española que mató millones y la ciudad sitiada refleja el colapso económico de 1923.


Lección de narrativa visual, en la era del CGI, su terror sugerido es más efectivo que los jumpscares baratos del horror moderno, los monstruos sobre-diseñados del cine actual.


Las versiones restauradas permiten apreciar: el tintado manual original (azul para noche, rojo para peligro), la partitura de Hans Erdmann reconstruida para órgano y theremín, los intertítulos caligráficos que son obras de arte.


En la era COVID, su tratamiento de cuarentenas espontáneas, chivos expiatorios sociales, pánico colectivo, resulta escalofriantemente actual.


¿DÓNDE DISFRUTARLA?


Para puristas, Blu-ray Eureka Masters of Cinema: Incluye 3 versiones restauradas. Para estudiantes, Criterion Channel.


Te recomendamos verla acompañada de vino tinto y pan negro (como en el banquete vampírico).


CONCLUSIÓN FINAL


Nosferatu trasciende su origen como plagio para convertirse en algo más grande que el propio Drácula. Es un espejo oscuro que cada generación mira de forma diferente: en los 20s fue un cuento gótico, en los 60s una alegoría política, en los 90s un ícono pop. Hoy: Una advertencia ecológica (el vampiro como naturaleza que se rebela).

Su poder radica en lo que no muestra. Como las sombras de Orlok, su verdadero horror está en lo que proyecta en nuestra imaginación. Por eso, 100 años después, sigue siendo el vampiro definitivo: porque vive en nuestras pesadillas colectivas.


"No envejece, no muere, simplemente espera en la oscuridad..."

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